UN PRESIDENTE MÍTICO Y CONTROVERTIDO
Manuel Fernández Espinosa
Abraham Lincoln ha pasado a la historia universal como campeón en la abolición de la esclavitud. También sería elevado a la categoría de mito universal por su trágica muerte. Ser asesinado como lo fue siempre proyecta a una personalidad política a la Historia. Lincoln fue asesinado a manos del actor John Wilkes Booth cuando éste le disparó a bocajarro un tiro en la cabeza, mientras el político estaba en su palco del Teatro Ford. Booth gritó mientras apretaba el gatillo: "Sic semper tyrannis" (¡Con los tiranos siempre sea así!).
Desde muy antiguo, en Estados Unidos de Norteamérica se viene aludiendo -de un modo más o menos abierto- a la homosexualidad de Abraham Lincoln. En 1926 cierto comentario no dejaba lugar a dudas sobre el afeminamiento que se le reprochaba al presidente norteamericano, del que se dijo que tenía "streak of lavender" (lo que pudiéramos traducir como un "ramalazo a lavanda": era una expresión que indicaba que alguien era de la "cáscara amarga"). En el año 2005 la controversia que se había suscitado de antiguo, pero que parecía olvidada, se recrudeció con la polémica biografía The Intimate World of Abraham Lincoln (El mundo íntimo de Abraham Lincoln) del activista homosexual C.A. Tripp que parecía reclamar a Lincoln para el panteón de hombres ilustres homosexuales. En su contra esta tesis es rechazada por los que alegan que Lincoln estuvo casado y tuvo cuatro hijos. Sin embargo, los rumores sobre sus íntimas relaciones más que amistosas con muchos hombres (incluidos militares de la guardia presidencial) persisten. Pensamos que su presunta homosexualidad es lo de menos. Es más grave para nosotros algo que sí que no puede ponerse en duda: su iniciación en una sociedad secreta de la masonería del plano invisible (que, como tiene que saber el lector más lego, no es la que se dedica a los tejemanejes políticos, sino al ocultismo). Y si su homosexualidad -en términos convencionales- es debatida, el hecho de su relación con las prácticas satanistas a las que accedió en su iniciación sí que pueden corroborar su homosexualidad en el sentido que vamos a tratar de explicar.
Paschal Beverly Randolph
Para ello hemos de presentar al siniestro médico Paschal Beverly Randolph (1825 - 1875). Randolph era hijo de un americano de Virginia y una mestiza de Vermont. La infancia de Randolph, a decir verdad, no fue ni mucho menos feliz: a los cinco años murió su madre y la hermanastra a cuyo cuidado quedó el niño no le prestaba gran atención. A los 15 años se embarcó de grumete y estuvo en la marina hasta cumplir los 20. Recorrió el mundo, conoció a mucha gente y se dedicó con pasión a los libros de magia y esoterismo. California, México, Centroamérica, América del Sur, Irlanda, Inglaterra, Escocia, Francia (donde se hizo amigo del "mago ocultista" Eliphas Lévi y de Alejandro Dumas, escritor muy apegado al ocultismo), Turquía, Siria, Arabia y Egipto (donde Randolph parece que entró en contacto con sectas que practicaban la magia). Al regresar a Estados Unidos, con todo ese bagaje tan peligrosísimo, Randolph se puso manos a la obra, fundando -y siendo Gran Maestre de la misma- la Fraternitas Rosae Crucis (Fraternity of the Rosy Cross), la primera de las sociedades rosacrucianas de los Estados Unidos de Norteamérica: era el año 1858 cuando se fundó esta organización cuyos extraños ceremoniales contenían, según lo que ha trascendido, un alto contenido de magia sexual. Lincoln había conocido a Randolph años antes, en 1851: en la Guerra de Secesión el brujo Randolph fue un activista del ejército nordista para el que reclutó y organizó una legión de soldados negros. A su organización Randolph incorporaría a Lincoln y también al general E. A. Hicthcock (1798 - 1870). ¿Qué se sabe de las prácticas secretas de los miembros de la Fraternity of the Rosy Cross?
Sabemos algo de los extraños rituales mágico-sexuales que tenían lugar en el interior de la siniestra organización gracias a lo que reveló décadas más tarde una europea que se afilió a ella y que es otra ocultista satanista de primer orden: María de Naglowska (1883 - 1936). La condesa Naglowska había tratado a Rasputín y conoció la Fraternidad de Eulis (otra de las organizaciones fundadas por Randolph tras escindirse de la Fraternidad Hermética de Luxor). Naglowska también tuvo relación con el ocultista fascista Julius Evola a quien trató en Roma, muy interesado a su vez por la magia sexual. Naglowska se separó de la secta de Randolph por pensar que, tras la muerte del maestro, se habían desvirtuado sus abominables "enseñanzas" originales. La satanista se propuso restituir la magia sexual de Randolph y no dejó de escribir algunos libros como "La luz del sexo" y "El misterio del colgamiento". Gracias a esos libros podemos saber algo de lo que Randolph, Hicthcock y Lincoln realizaban en sus ceremoniales satanistas. Naglowska tendrá una importancia apenas estudiada en el arte contemporáneo: Le Corbusier y algunos vanguardistas del dadaísmo y el surrealismo no están al margen de su influencia.
Es digno de advertir también que alguno de esos rituales nefandos encontrarán cierta velada publicidad en novelas como "El golem" del ocultista Gustav Meyrink. En uno de los capítulos de dicha novela se alude, en clave, al ritual del colgamiento.
Como miembro de la Fraternidad de Randolph el famoso presidente Abraham Lincoln participó en este tipo de rituales mágicos que comprendían la realización de abominables relaciones sexuales, como las que son denunciadas en el "Apocalipsis" de San Juan, como las que cometían los antiguos gnósticos y los actuales también.
En efecto, somos de la opinión de que existe una posible homosexualidad en Lincoln -la que revelaron las investigaciones del escritor y activista homosexual Tripp -pero, en ese caso, se trataría de una homosexualidad que pudiéramos llamar la convencional y que nos podría importar poco; sin embargo, nos parece que las amistades peligrosas de Lincoln con Randolph sí que pueden indicarnos cierta homosexualidad de una índole más perniciosa y más maligna: la que realiza prácticas homosexuales con un sentido ritualista, como adoración satanista y con fines mágicos.
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