martes, 29 de diciembre de 2015

ESPÍAS EN EL CÁUCASO


Soldados rusos avanzan con cautela en el escenario bélico de Chechenia

HAY ALGUIEN QUE NO QUIERE QUE RUSIA LEVANTE LA CABEZA
 

Como un gigante que se derrumba, aplastando todo en su caída, el desmoronamiento de la U.R.S.S. no sólo supuso la cancelación del sistema comunista, sino la fragmentación del gran imperio ruso que fue primero zarista y, tras la revolución bolchevique, se transmutó en soviético. El Cáucaso ha sido siempre una zona conflictiva, codiciada por los varios y más poderosos imperios desde antiguo hasta el presente: Bizancio, Persia, Turquía, Rusia... La multiplicidad étnica, lingüística y religiosa de los pueblos del Cáucaso añade factores que se han mostrado decisivos en el desarrollo dramático de la Historia. Desde 1994 a 1996 se desarrolló la primera guerra ruso-chechena y, tras un paréntesis, estalló de nuevo el conflicto en 1999, duranto hasta el año 2009. Poco se sabe de esta guerra en occidente y menos todavía se sabe de la historia y la idiosincrasia de los pueblos contendientes. Para paliar este desconocimiento y adentrarnos en la problemática tenemos en español un libro: "Las montañas de Alá. La batalla por Chechenia", del enigmático reportero de la Agencia France Press*.

Este libro, a medio camino entre el reportaje de guerra, el libro de historia y viajes y la agitación y propaganda contra Rusia, tiene sus luces y sus sombras. El libro nos muestra la condición hospitalaria y belicosa del pueblo checheno a lo largo de su historia, pero el autor no mantiene la neutralidad. Ha confraternizado con los chechenos y empatiza con ellos, pero no hace lo mismo para comprender a los rusos, mostrando una flagrante hostilidad por Rusia. Si esta posición se debe a haber tomado partido, nos parece muy correcto, pero creemos que más bien se debe a obedecer unas consignas estratégicas de los grupos de poder que financiaron la estancia de Sebastian Smith en la zona: digámoslo claramente, aquellos cuyos intereses entran en conflicto con los intereses rusos, por mucho que quieran disimular su animadversión contra Rusia en nombre del humanitarismo. Sin embargo, el libro es ameno, de ágil prosa, profuso en datos históricos y, aunque se nota que es propaganda anti-rusa, nos acerca a una cuestión que por exótica y compleja apenas disponemos de literatura alternativa.



Por "Las montañas de Alá" nos enteramos, siquiera de pasada, de las labores del espionaje británico en la zona, allá por el siglo XIX. Décadas antes de estallar la "Guera de Crimea", las potencias occidentales recelaban del poderío que Rusia estaba cobrando y destacaron a sus agentes especiales sobre el terreno. Ni a Turquía ni a Londres interesaba que Rusia se expandiera, pudiendo amenazar la hegemonía británica sobre la India o aproximándose a la zona de influencia turca. El agente británico de aquel entonces fue James Bell, que escribió "Residence in Circassia: 1837, 1838, 1839". Sebastian Smith escribe:

"Uno de los relatos más convincentes de testimonios presenciales de las luchas circasianas fue el dejado por James Bell, uno del puñado de británicos que desempeñaron papeles no oficiales entre bastidores, alentando a los rebeldes, aunque como todas las pruebas sugieren con poca ayuda concreta de Londres. En su "Residencia en Circassia: 1837,1838, 1839"..."
Es como si Smith nos guiñara el ojo. Este tipo de libros satisface nuestra curiosidad geográfica, etnográfica e histórica, pero haremos bien en leerlos como lo que son: instrumentos literarios al servicio de intereses que no se confiesan.

*Llamamos "enigmático" a Sebastian Smith, pues
aunque es un asiduo reportero de la prensa internacional y firma sus trabajos con este nombre y apellido, poco sabemos de su identidad real.


Del libro: "Las montañas de Alá. La batalla por Chechenia". Sebastian Smith
Ediciones Destino, Colección Imago mundi, 2001. 432 páginas.

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